la ciudad me recibió sin fanfarrias cerró las puertas que toqué y abrió sus escotillas bajo mis pasos reconsidero “sólo me recibió” así (sin magia) porque nadie le avisó que llegaría Mercado dos de octubre purga penitencia también las cantinas y las ficheras polvo (grava) fierros de fuera despanzurramientos que un dios inmisericorde perpetra contra la ciudad (“zona de carga y de descarga”)
(aquí) las calles no saben sus nombres la rutina sustituye a los semáforos y al alumbrado un balcón (símbolos sonámbulos) medio esqueleto de bicicleta una cubeta quemada que intenta una sonrisa tétrica un osito manchado de pintura azul rizos de un esqueleto de colchón (la loquita) detective o poeta (garabatea en un cuaderno cuando la gente pasa) “888” agregaron los exteriores alguien tiende cobijas en la calle puerta abierta (guiño de Chéjov) un gato blanco y gris entrecierra los ojos (incólume) (la Redonda) troncos fundamentales (las raíces reventarán sus tuberías) cerrada todo el día (“no dormirán los teporochos en la casa del Señor”) callejón de Obraje la piquera resguardada por nuestra señora del Mictlán (enseña los dientes pero no ríe) (14) “ya no recuerdo el interior” sólo las filtraciones en el techo (y las falsas campanas que penetran Garibaldi en el calor de la mañana)
la noche tiene tres puertas (“en el nombre del padre”) (campanas lejanas como los anillos de un planeta distante) las rodillas de Cristo (mugre y sangre infantiles) los racimos y el vino (fermentación de los cromosomas) “¿es que esta herida no es prueba de mi humanidad?” “en el nombre del padre” llevo un anatema (padre) piedra clara en mi corazón (el bautista) me ha puesto una trampa (arena en la boca) (el bautista) dice “junio es demiurgo” pero yo tengo un abril que me resarce yo digo “también sufro” y se acepta como un holocausto (yo digo) “soy el holocausto” (mal sueño) las filtraciones del techo cantan en su idioma de hadas mutiladas
(por la mañana) la jeta embotada de Garibaldi bolsas esmirriadas en el piso zapatos volteados (vómito) un mariachi cabecea en una banca (sería necesario) reunir ejércitos de ramos para revelarte (al fin) la transfiguración de mi cicatriz Reforma (al norte Tlatelolco) “paquidérmicamente cansado” los niños bolsean cuando no hacen trucos en el pavimento (exentos del calvario) el sol los intercepta cuando rae una nube (dije) “ojalá pudiera llevármela” guardarla como un papel en el que escribo la cifra correcta (lo doblo lo guardo en un bolsillo)
San Hipólito (cuaresma) “el bagazo de las jacarandas” dulces de leche y tamarindo (marranitos de piloncillo) (raspados de grosella y un elote asado) Arista “quemé la novela en el boiler” (a imagen y semejanza) otra vez Semana Santa trenzas de palma erigirán un Cristo modesto y claro (la llave del baño en su bolsillo) domingo (le saludo) “todas son mis horas” y hay resurrección en mi cartera
(Electra) espera en Zarco a que el semáforo le dé permiso recuerda que no debe olvidar (en el nombre del padre) “el silencio es una condena que cumplirá su sentencia” peces anaranjados y azules (en la inmunidad de sus peceras) (Samarcanda) blancos caballos en el desierto “debemos recordar que estamos hechos de secretos” Héroes 45 (clausura y escalera) (a derecha e izquierda) las vecindades abiertas en canal (panteón de San Fernando) la ruina es su gloria (lápidas) granito que no construye muros (rocas castradas) (aquí se acaba la adolescencia) ven “mira de qué están hechos tus sueños” codicia trauma neurosis “señorita” (no respondió)
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Soledades
¿conozco esta ciudad? camino frente al claustro de Sor Juana (álamos temblones) hojas bruñidas de un aceite oscuro (plagas) incidencia de escaparates desamparados exhiben sus promesas raídas (maniquíes atormentados) (qué merecer) cómo llegar ¿a quién preguntar? internarse en una ciudad tumultuaria (como una soledad escarnecida) Juana de Arco (piso cuarto) un probador de ropa (desde allí) la iglesia es una galleta mordisqueada
pagar el pasaje (sentarse junto a la ventana) meterse por las córneas tres kilos y medio de paisaje peltres (aluminios) escobas azules (rimero) cubetas verdes palanganas chicas (grandes) botes con tapa (sin tapa) ristra coladeras mecates canastas para el pan (la ropa) (sarta) unicel platos vasos tenedores grenetina levadura (amontonadero) “pulpo en escabeche (sesenta y nueve pesos)” (tropel) confeti pelotas pistolas (rebabas) luchadores (tres por cinco) (rosario) serpentinas espantasuegras payasos famélico (letanía) paletas de cajeta limpias trabajos palo azul pa los riñones “zorrillos desde cuatrocientos”
“Manzanares aquí es” (44) bodegas hambrientas (gloria de guacales) “para bendecir a su niño” (la Candelaria) aguacate en el piso (entre setos de lechuga podrida) (suelo clemente) reposo de los teporochos juguetes viejos (masticados por un niño o una rata) (desde un baúl reventado) collares de fantasía (décadas oreándose) “diez pesos” en el pavimento
aroma de fruta y pescado crudo trajín de ruedas sobre el asfalto carne (vísceras y morros expuestos) utilería (excepto por el rastro de sangre donde las moscas usufructúan los restos de los restos) moles en polvo y en estalactitas (longanizas almendras piloncillos) (en la tenebra) ajetreo de diablitos (zompantlis de nopales) (adentro) la nave de una iglesia bajo la luz confesional de sus focos bajos (arriba) cables de lámparas decapitadas o moribundas que cuelgan como tetas muertas asistir al misterio o la revelación de los nombres pulla morita pasilla “flor especial” (las cenizas de un cristo en brama) bolas tersas (turgentes) mortajas claras (recién manadas de la herida) el sacrificio derramado en semilla (coagulado en fruto)
“un par de fosas para sondear el mundo” recuerdos que se agolpan a la saliva las manos (los dientes) se abren paso entre suaves mangos o se topan con el irremediable hueso de aceituna la mirada (colmada) va entre diablos y guacales (gorjeo de uvas) la solemnidad grandilocuente de las papas (noni) muñones reumáticos plátanos morados (gangrena perfumada) la dulzura mordaz de las naranjas el acitrón más fiero en cielos de brillantes cebollas (atrás) los pasillos donde el trote de los pápalos y las yerbas más cabrías no se serenan en la penumbra (pero no hay penumbra) (y al final) bajo las enaguas del pregón tertulias de piñatas (ruedos de metal) ramilletes de papel de china dulces y chocolates (glóbulos de miel) (yoyos) pequeña Medina gomitas (en corazones y estrellas) (mutantes agridulces) helados de azúcar (gelatinas glucosadas) rosas azules gotas (lágrimas de plástico) frutas de goma “ginecólogo retrasos”
San Marcos (el gatillo) la mirilla (álamos y laureles) varillas arena (remodelación) falda mandarina (zapatillas jitomate) ceño fruncido Circunvalación el señor de la humildad espera en su trono de azulejos y oropel (en la pausa abrupta de la calle) flores silvestres (para la coronación) pollitos azules y violetas “la coronación” mediodía (sed)
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Aéreo
(Venus) pletórico bronce entre borboteos de agua podrida (viejo verde) busca el resquicio (no quiere comprar rosas ni chicles) una comida “y cien pesos” agua (propone el aire) un zanate picotea la sombra de un hombre (en el pasto) mármol (y mazos) urden el dintel donde se pose el ruiseñor hipotético un foso (resguarda el jardín) dieciséis o diecisiete años (finge ser estudiante) espera a los viejos “efebo” nunca le dirán (Neptuno) demasiados aspavientos (no le servirán contra Tláloc) Humboldt (turista ingenuo) aquí no hay buen salvaje (la sarna y la belleza responden al mismo guiño) )
(en el aire) por no decir “aéreo” el sol (estío longitudinal) decide una llamarada alta Correos (balaustradas de marfil) testigos panorámicos del siglo amotinado “sólo traigo cien” (y te invito a comer) “ándale” señorita novohispana su alcurnia fue una farsa (una campesina) una pueblerina (a lo mucho) encara el siglo eléctrico todavía enrrebozada “señorita” ¿qué tan decó era su corazón barroco?
callejón Condesa (el poeta es un periodista que coge cuando tiene dinero) (la desnudas) contraluz al siglo (no lo sabes) pero trae suplicio entre el placer comezones (fiebres) descubrimientos matutinos (el placer) fénix de mercurio “cobra muy caro” y es la más barata de las horas (el amor) exige al mismo tiempo todo y nada (baratija e incalculable diamante) le gusta la lobreguez de las bodegas (la cópula entre orines) y las sábanas de seda (pero después y antes que cualquier cosa) “el amor” cruza la calle baja los ojos (o los sostiene) presa o cazador “presa y cazador” (cortejo) calcular la distancia sobre la velocidad de la intención multiplicada por la tenacidad del esfuerzo (y el tamaño de la cartera) el amor no es bueno (no es malo) “sólo está enfermo” (y supura)
tras el hombro (y en el rabillo del ojo) el reloj de la Latino marca las cinco aglomeración de truenos (en el cielo) “y también en el aire” los barrios de indias (señorita novohispana) salvan el foso (bromeaba) sólo bromeaba cuando dije todas esas cosas duras sobre usted señorita (yo le diré) hasta que compruebe que también usted tiene precio (e incluso después) le diré “señorita”
(el poeta mira la calle) se inspira “es un decir” toma aire (toma vuelo) poesía (llena de nada) (el poeta) no es lo que cree ¿cree en lo que ve? (y llueve) no hay tropo que posponga este descalabro (vituperio de no sé qué) azuza mi prisa (engaña) sudor o sangre blanda en las manos (se desgañita contra las azoteas) aflige a las ramas (y recurre a los timbales) “en el aire” (el poeta) está atrapado en su siglo (el poeta) no tiene penicilina inhumana (ciudad) silvestre ensimismada precoz (turbulenta) busca una marquesina (refulge) el flash entre dos nubes (parecían una sola pileta) granizo (poesía en el aire que toma nada) perdigones en las ventanas (columnas) por donde se escurre el polvo escalones donde tropieza (se rinde) junto a los leones rampantes “una ciudad” sitio de una bárbara muchacha contra el hombre “llueve” (después de todo) sólo es agua en el aire
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