Testimonio de circunstancias
Rodrigo Lira
intento de arquitexturar una estructura viciosa
intentándose la eventual eti-estética de una poética
épicoepidermática
juego de tercer grado
(Cf. “Nacidos para Triunfar,” James/Jongeward,
Fondo Educativo Interamericano, S.A.,
Reading, Mass., 1975, Página 32)
DEDICATORIA
Este trabajo está dedicado
al Sr NAVARRETE, actuario del 2º Juzgado del Crimen de Menor Cuantía,
Analista Transaccional y miembro de la SECH
al propietario de una Imprenta de Recoleta esquina Santos Dumont, y a la
memoria de su yerno CLAUDIO MARÍN* (calibre veintidós)
al Dr ARÍSTIDES ROJAS LADRÓN DE GUEVARA, traductor de un libro de
Hugh Prather editado por CUATRO VIENTOS y a la memoria de la en su
momento suegra, VIOLETA PARRA* (arma corta en una carpa)
al Dr ARMANDO ROA, autor de un infame opúsculo difamatorio a MADRE C*AÑAMO, un venerable Tratado de PSIQUIATRIA y otros libros
a los NOMBRES de los VALIENTES SOLDADOS que han sido de CHILE el
SOSTÉN y que llevan grabados nuestros
PECHOS
a la causa de la PAZ, la JUSTICIA y la LIBERTAD
al Papá Fisco, del cual Todos somos hijitos
a MADRE TIERRA (Pacha Mamma)
MADRE NOCHE (Mutter Nacht)
MADRE CÁÑAMO (CANNABIS MATER)
y a la sartén en que nos freímos toditos y que vayan Ud o US a saber Quién tiene por el mango
PREÁMBULO
A PROPÓSITO DE (INSPIRADO POR) EL NOMBRE
DE CIERTA OBRA UTILIZADO PARA REFERIRSE A UN
CONCURSO NACIONAL DE POESÍA JOVEN
Si por tierra entendemos
no el humus, ni la greda sin cocer
ni el barro sin agua, ni la arcilla
si por TIERRA entendemos
esta bola que traza elipses alrededor
desa estrella que llamamos Sol
elipses que, al moverse el sol a su vez
a una velocidad increíble
dentro de esa especie de balón de rugby que llamamos
Galaxia, y que a su vez
se aleja cada vez más desde su origen
trazando van en el aire
una espiral cuya forma resulta algo difícil de imaginar
cabe preguntarse
si se puede por ahora residir en otro lugar
y, aun cuando un ciudadano de la República hermana del Perú
afirme haber viajado hasta una de las lunas del
planeta Júpiter declarándola -totalmente en serio-
habitable y habitada
cabe afirmar, sin olvidar la APOLLO XII y su cosmonáutica parentela
que, por lamentable que pueda parecer
para la mayoría de nosotros
por el momento
la respuesta es no
Y ya que aquí residimos
es porque aquí hemos sido paridos
sin haberlo elegido de antemano
según parece, oh hermanos humanos
tal vez, tal vez habiéndonos merecido tal cosa
y, algunos, y yo diría
la mayoría
sin poder elegir tampoco el lugar
desta esférica superficie desta redonda plana tierra
en el cual residir vivir o sobrevivir o subvivir
pero sí se puede optar si uno realmente quiere
por hacer cualquier viaje, de polizón o pasajero
a cualquier parte incluso al más allá
si se puede optar por abandonar esta residencia
aunque sea por un ratito
porque pudiese ser que los hindúes
tuvieran razón, y volvamos a nacer
de nuevo
sobre esta tierra de mierda.
Cada uno de nosotros
vive sobrevive o subvive a su manera
y, aunque no vivas como quieras
como quieres quisieses o quisieras
vives sobrevives subvives
aquí resides
por mientras pasa el tiempo que te separa de la muerte
suceso que también te sucederá aquí
(aun cuando después asuntes al cielo en cuerpo y alma)
y ese tu residir aquí
está lleno de circunstancias vitales
variadas y variables
increíbles y banales
algunas
meramente circunstanciales
y otras más relevantes
que atañen más a tu meollo
las que tañen con más fuerza
tus campanas.
Corriendo el riesgo de ser descalificado bajo el vago cargo de
individualismo, de que para mí el mundo termine muy poco más allá de mi
piel y
rogando se me perdone el probable egocentrismo autista y mi compulsión a
decir la verdad sólo la verdad nada más que la verdad y, en la medida de lo
posible algo más que algo de la verdad -lo cual es considerablemente distinto
que toda la verdad, pero totaliza algo más que los ciento cincuenta versos que
el Concurso de Poesía Joven que “inspiró” este preámbulo determinaba como
límite máximo de las obras a participar
he aquí las mías
Quisiera poder mostrar algo
de ciertas cancioraciones sinfeccionadas, sinfectadas
de ciertas esperrancias y herideas sincereceas
—sincavidades o con carieacontecidas concavidades
en todo caso, sinvexas
de ciertas operalíricaciones a tajo abierto,
impazsintiendo —ananestesiados— escriturando a lo que esgrito
desde el lado de acá de las sombras,
estación otración enfierno, invernacular primafalsa,
fríamavera, potro, rueda, cruz
Pero por ahora, sólo
Advertencias
Confesiones
Aclaraciones varias, dos puntos:
(1 ADVERTENCIA)
Advierto
que no soy un sicótico
me dicen “loco” pero a los que me dicen “loco”
otros a su vez les dicen “loco”
tal como se dice “flaco”
—a veces me dicen “flaco”
y un flaco re´flaco me dice “gordo”—.
Pero, a Vd. y U. S. advierto
que, en verdad,
no soy un LOCO
a pesar de las etiquetas
vulgarmente llamadas diagnósticos
que me han aplicado
especialistas, y de los destacados
humedeciendo la goma de las etiquetas
con esponjas plásticas
las manos enguantadas en látex
—polvo talco al ajustarse los guantes de látex
—alcohol desnaturalizado en las esponjas plásticas
—blanco inmaculado en los delantales sacerdotales
—líquido o pasta conductor(a) en las sienes o el cráneo
(según se trate de E.E.G. o E. Sh.
tales por cuales—)
que ni siquiera soy mucho más neurótico
que el promedio de mis contemporáneos
que tengo buen pronóstico
que todavía no me lobotomizan no me practican
lobotomía
que mi computadora funciona, y tanto
como para escribir esto
sin errores ortográficos, sin faltas
de ortografía
o fallas en la puntuación,
(esta parte termina con una coma) (,),
(1ª CONFESIÓN)
Confieso eso sí
que a veces tengo que agarrarme los sesos a dos manos
que a veces los Grandes Pensamientos y Soluciones
comienzan a burbujear
y se acumula el vapor a presión en mi cabeza
y tengo que tomar un baño de tina
—hidroterapia, que la llaman—
o hacer algo por el estilo
y que otras veces
el mundo pierde color
se vuelve algo así como el pavimento de las calles
alguien me pavimento el mundo
y todo es sendero o carretera o camino
pero nunca destino
y uno se va a morir esperando llegar a alguna parte
dos pasos atrás por uno pa´delante
viéndolo todo gris gris
sin sentirse dichoso ni feliz
y son bien conocidas las distorsiones visuales
que provoca el sol sobre el pavimento caliente
y aunque a veces, cuando cae el sol,
el pavimento se caliente
eso no significa necesariamente
que haga calor
el mundo
es como ripio cubierto de cemento
de cemento fraguando
y el frío puede llegar a ser terrible.
Y por tanto, confieso
y, a pesar de todo,
hasta ahora no decreciente
procedo a practicarme acupuntura
con agujitas hechas en papel de arroz
en lo posible marca Smoking, elaborado
con las máximas garantías de higiene
por Miquel y Costas & Miquel, S.A.,
en Barcelona
por ahí se consigue expedita y legalmente a precio irrisorio
—el gallo de papel francés ya no llega por estas latitudes—
o soplar hacia dentro pitos
hechos en cualquier papel
de biblia a veces, incluso
de hojas de Biblias o de libros editados por Aguilar
impresos en ese papel
—por lo demás, por ahí tengo una pipa—
Pero es preciso hacer notar que la yerba
proviene de las matas de cáñamo
y que las matas de cáñamo no son ANDROGINAS
y lo que funciona para la acupuntura esa
los pitidos o piteadas, o las pipas
son las inflorescencias de las HEMBRAS
los Kogoyo
diminutos álamos, cipreses o laureles
arbolitos de pascua cromáticamente parsimoniosos
sólo tonos marrones, pardos, verdes en su gama
y, en vez de esas estúpidas bolas de vidrio coloreado metálicamente
frágiles como ellas solas
óvulos —fecundados o, en lo posible sin fecundar— semillas,
Semyyita
ricas en lípidos: les encantan
a las aves, y dejan
feas manchas en el parquet
si inadvertidamente se las pisa
envueltos en un delicado tejido vegetal y resinoso
que los implicados en su ingestión denominan
Kapuyito
forrando amorosamente
las semillas arracimadas
en las inflorescencias
de las matas
de sexo femenino
temperamentáles hembras, posesivas y celosas
perfectamente capaces de complicarte la vida
con las hembras humanas
—los entes esos denominados MUJERES
—¿Qué mujer se va a meter con un volado?
preguntó el señor actuario.
—el barbudo severo y vigoroso señor actuario,
escritor y volado en retiro:
dedúzcase que
gracias a las matitas esas
uno corre el peligro
de llegar a tener el gusto
de conocer a señores actuarios
casi siempre cuidadosamente afeitados
—siempre excepciones hay.
De manera que las mujeres
—al menos según ese señor actuario—
y la justicia, mujer también
la justicia que no es ciega sino corta de vista
que padece de miopía y astigmatismo y cataratas
la justicia que no es sorda, sólo algo dura de oído
la justicia que no es muda en absoluto,
que parla un discurso
lleno de sonido y furia
te dan vuelta el caracho
y uno empieza a pensar
que a pesar
del tiempo derrochado a pulmones llenos
en ese mi romance con la hembra cannabínica
sostenido, largo, vivace
de esos que no se cortan de un día para otros
puede que la vaina sea un bolero y tal vez
nosotros
que nos queremos tanto
debamos separarnos
o en todo caso
no podemos seguir así:
la cosa ya no se puede manejar a nivel amateur
o uno se profesionaliza o uno se CHANTA
con riesgo de volverse alcohólico o adicto al Optalidón
Y acá, aclaro
que esto se ha dado así
porque en los buenos momentos
del mencionado romance
el tiempo ha recuperado
un durée de bourée
—un devenir de pastoral, por si Vd. o U.S. no saben francés
se ha dado repetidamente
la posibilidad de dejar de ver todo gris
de repente todo está bien, just o, key
y como la vida no hay, olray
y continúa habiendo grises, por supuesto
entre el negro y el blanco
pero secundum Mondrian el blanco el negro y los grises intermedios
no son colores:
están los otros, los verdaderos
colores, los otros todos
y uno los ve, y ve las cosas que los sostienen
—advierto no ser daltónico—
y uno ve a la gente
y a su ropa y a su piel
sus ojos y cabellos
y la entiende y la comprende (generalmente)
o al menos, de alguna manera
la cacha,
rodeándola en una red cualquiera
de parámetros y coordenadas, por último.
En todo caso se hace lo posible
y aunque a veces hay encuentros
son raros y fugaces
pues ellos (generalmente) no
o no salen o da no sé qué sacarlos
de sus munditos de soportables tonos
más o menos pastel, más o menos grisáceos
o bien de colores de televisión
de televisor en clores o no
o agfacolor, technicolor, kodakolor, qué se yo
o de tonos francamente plúmbicos
o negros negros
con tonos violáceos de hematoma
café de nescafé o de manchas de sangre
—también los hay.
Pero ya empieza a resultar largo el karma
de “volado” para los amigos, y algunos de ustedes
de marihuanero para ellos, y algunos de ustedes
Uno es distinto
menos loco pero más RAYADO
un tipo escrito impreso o manchado con distinta tinta
y le preguntan cada vez más seguido
si es extranjero
pues de algún modo
por ahí se intuye que uno ve
que ha aprendido a ver las cosas de otro modo, uno
puede a veces ver las estructuras y los colores
el verde del musgo y el del carabinero
el rosa del crepúsculo y el de las rosas
el de los labios, el del glande
el rojo de la Coca Cola, el rojo de la bandera
soviética el de la norteamericana chilena
británica francesa el rojo en bandas de la bandera
norteamericana el rojo de la Pepsi Cola
El azul primario que a veces delimita estrellas blancas
el azul oscuro y el azul celeste de la Pepsi Cola
el azul marino de los distintivos
del Cuerpo de Gendarmería de Chile
el celeste de los furgones
en que se transporta a los detenidos o procesados
y el azul eléctrico de pequeñas lucecitas
destellos, spots que se me aparecen de improviso, por un instante
en el aire claros, luminosos, pequeños
—talvez sea lo más raro que me pasa—.
La cosa es que además de los colores
veo otros aspectos menos sensibles
de la realidad, menos sensoriales, por si se entendió mal
—nada demasiado esotérico tampoco
no se entienda más de lo que digo
nada que no se pueda meter en una conferencia
aunque sea larga
sobre estructuras y hiebas desas
talvez con diagramas, si Vd. o U.S. quieren
si por qué sé yo por qué
Vd. o U.S. pretenden comprender como percibo
la realidad
sin anteojeras, que nunca me sentaron bien
de modo que desarrollé la notable habilidad necesaria
para irme desprendiendo de ellas
hasta quedarme solo, sólo con dos pares de lentes
fotocromáticos, aumento -1 -1
montados en el taller de óptica del Hospital Militar
Como en cambio siempre me gustaron
los cuentos y los cantos y los himnos
y también las historietas y canciones de cuna
terminé por aprenderme buena parte de ese material
—un tal León Felipe, español por más señas
proclama saberse todos los cuentos
yo aclaro que me sé un buen lote solamente
pero que en cambio dispongo de un buen repertorio
de chistes crueles
y que he cuchareado en muchas chuchocas, muchachos
hace rato que ando en lo hondo de la onda.
Pero no basta ver la moto
y estudiarla desarmarla y considerarla
para hacerla partir y manejarla
las motos los autos y los mundos
suelen tener dueños
y la libertad de los demás es cosa seria
pueden hacer cosas terribles
con la de ellos
y también con la de uno.
Pero no echo la culpa al empedrado
cuando tropiezo —al menos no siempre—
ni al manubrio o a los frenos
cuando choco de nuevo.
El caso es que me cojea el alma
no sé manejar, no tengo carnet de chofer
licencia para conducir ni dispongo
de vehículo motorizado alguno.
De modo que a veces es preciso o preferible moverse
lo menos posible para evitar tropezones y choques
pues siempre o casi o casi está el refugio
de utopizantes pero posibles futuros —pero posibles!—
aprovechando la infinita capacidad del aire sobre mi cama
para soportar hermosos y gigantes castillos
que se van por la ventana
junto con el humo y el CO2;
en fin, don Nicanor
el señor Parra, escribió no recuerdo en cuál antipoético opúsculo
“se me ocurren ideas luminosas”
y mientras no se demuestre lo contrario
advierto confieso aclaro
que las mías son más y más hermosas
—repárese en que me salió rimado—.
Pero si a uno le funcionan las piernas
tiene que salir de vez en cuando, y por tanto
es posible verme por ahí
dándome estrellones contra los postes de la realidad
y veo estrellas y hago ver estrellas
generalmente por andar mirando para otra parte
pues suele haber mucho que mirar
por detrás abajo por delante arriba
pero no hay nadie a mi lado
con quien se pueda caminar hacia el horizonte
mirando hacia el horizonte
como en un final de spaghetti western
o mirando la puerta de la iglesia
la luz de afuera al salir de los sacramentos y sus ritos;
y como a falta de pezones lóbulos labios etcétera
pasables son los cabañas con filtro,
como careciendo de caricias aparece la ansiedad
—stress, para los entendidos—
uno continúa empeñado en su lento suicidio
de fumador homicida que fuma en público
y en recintos cerrados
—por demás, todo el mundo o casi fuma y fuma
y fumando espera lo que diablos sea
lo que estén esperando —si algo esperan—
mientras, la mencionada ansiedad está siempre
al borde de transformarse en angustia
en Angst, para los pedantes y los cultos
en espera existencial que no es pera ni manzana
ni sidra ni chicha ni limoná, algo aliviable
consumiendo Coca Cola (“todo va mejor”)
y “la chispa de la vida” no incendiará jamás la pradera
ni provocará holocausto alguno
de manera que hay que cercar a la ansiedad
o litizarla (?) con ANSIOLÍTICOS
de los cuales no mencionó marcas: ningún laboratorio
me pagará un peso ni me hará descuentos
y por otro frente
trazar líneas defensivas
con tabletas de clorpromazina
—ce pe zeta, para los iniciados—
para prevenir el desembarco de los Innominables
—desos que cuando se instalan en uno
sólo logran ser expulsados
en epilépticas convulsiones electro o insulinoinducidas
de modo de dormir más de lo necesario
con muchos sueños, que parecen desatar algunos nudos
en mis nervios, destapar mis plexos, disminuir
la actividad bioeléctrica vigílica de mis dos sistemas nerviosos
de modo de no reventar ni gritar
ni sacarme la ropa en público
de no andar por ahí llorando
ni sudando sangre
lo que podría ser muy higiénico
pero
a la gente no le gusta oír llorar
y yo puedo hacerlo en forma muy intensa
lo que molestaría a los vecinos
al prójimo, más distante que próximo
porque en verdad, en verdad os repito
que no hay nadie a mi lado
con quien pueda caminar
y hacer algunas cosas
¿Diré que Afrodita me tiene mala barra
o que ofrezco fácil blanco a Cupido
o que a este último engendro se le acaban las flechas conmigo
o que tiene mala puntería cuando se trata de ellas
mis dubitativas indecisas reluctantes
anheladas soñadas amadas?
¿O diré que tatita Dio me deparó la soledad
que no es mala si uno sabe aprovecharla
junto con hartas otras cosas
muchas indiscutiblemente ventajosas
hermosas y graciosas
(Cf. “Gracias a la Vida,” de Parra, Violeta)?
¿O diré que simplemente aún no llega el momento?
No siempre es la esperanza lo último que se pierde
y rara vez se pierde definitivamente.
¿Hace falta aclarar
que esto no es ninguna canción precedida de poemas de amor?
Pero en cuanto a esperanza poca es la que resta
suma la división
la multiplica
et moi c´est un autre
y yo es otro
otro con cursivas
con estas bastardillas, itálicas
para los otros sin cursivas
distinto
(creo que ya lo dije)
y un solitario además
o por lo tanto
y uno escribe y lee
y escribe y no ve casi nunca televición
pero de vez en cuando
lee el diario
—terrible experiencia, cuando se es capaz
de descodificar esos mensajes
sometiéndose a esos mensajes
uno es un solitario soltero que escribe
sobre la soltería y otros tópicos y temáticas
un soltero, y no está faltando mucho
para que empiece a justificarse
una ene al final y un acento
sobre la letra /o/ de la palabra “soltero”
y las subsiguientes sospechas de merecer
otros calificativos terminados en las mismas letras
la entildada o y la ene final
y por mientras uno escribe mientras
los amigos continúan enloqueciéndose reproduciéndose y suicidándose
haciendo el buen negocio de casarse
arrejuntándose despeñandose e intoxicándose
y sus sueños se van haciendo
cada vez más sabatianos
sufren cada vez más a veces escriben también
a veces andan sin darse cuenta de lo que es nada
a veces la Nada o poco menos
y uno escribe —yo escribo—.
Pero debo advertir que
no soy un poeta joven
aunque todavía pueda decirse que soy joven
y el actuario mencionado supra me tratara de “hijo”
—y eso que tenía sólo un año más que Jesús en la cruz—
(aun cuando alguna joven
me haya gritado "viejo cochino"
cuando pretendí enterarme de qué hacía
a esas horas, en esa esquina).
Porque lo que yo escribo, los textos como o casi como éste
no son poemas
a no ser que poema no se escriba sólo con /p/ de profundo
con /p/ de prístino, de puro, de plateado pétalo
a no ser que
poema
se escriba también con /p/ de puta
de puta preñada, de puta pariendo: puta madre . . . !
de puta frígida, de puta estéril (puta la huevada)
de puta difícil de puta caliente de puta niña
joven mujer señorita o señora puta
—pringada, muchas veces—
con /p/ de puñal se ha escrito más de algún poema
pero
¿y con /p/ de cien Palos zen en la cien
—chúpate ese Koan, coño
con /p/ de Patada en el Poto o en el plexo solar
o de Palmadita en la mejilla del amigo
o en el trasero de la chica coqueta
o de Paletada de Sepulturero?
aun cuando, al menos aquí, en Santiago de Chile
los sepultureros utilicen más bien escaleras que palas
pues ya no queda Tierra, sólo Bóvedas
nichos de concreto en el Cementerio General
¿o es que a usted no se le ha muerto nadie últimamente?
o si así fue
¿es que no cumplió con sus Deberes
para con el Difunto yendo a despedirlo al Camposanto?
¿es que ni siquiera ha ido usted a pasear
o a pololear o a estudiar
al Cementerio?
—excelente ámbito para todo eso—;
y además, la incineración se pone en boga
y a estas profundidades
la fucsia parece corista, striptisera o bataclana.
Advierto ¡ay! que tampoco soy un poeta pobre
las Musas no me han bendecido
con una pobreza solemne
de sietes y brillos en el terno oscuro
de cuello y puños deshilachados
y feas corbatas angostas pasadas de moda
pues las musas o los hados o el diablo
han dispuesto que mis bienamados padres
se hagan un deber el mantenerme
a un nivel
modesto, decente y adecuado dentro de
las posibilidades de sus nada exorbitantes jubilaciones.
De modo que no soy un poeta pobre
aunque a veces ande por ahí mirando
comida, con hambre y sin plata
aunque no haya podido sacar de ese prostíbulo
de la calle San Camilo cerca de Santa Isabel
a una chillaneja que anduvo por el ambiente
por falta de plata
pues como no soy católico
no me interesé en rescatar de ahí mismito
una imagen de la Santísima Virgen
que se venera a lado de la caja fuerte
ni sacar un librito
por falta de plata
ni comprar libros nuevos
y porque sé de la pobreza que no es pose
la temo y la respeto como para ponerme a hacer gárgaras o gorgoritos
con la palabrita
o describir sus gárgolas trompeteantemente
engolando la voz al leer la Oda subsecuente
—las audiencias suelen emocionarse:
¿mala conciencia
en las audiencias?
pero, fundamentalmente
porque no soy un poeta
a no ser que ser un poeta
sea ser un payaso
o sea ser un espectro
—saludable, pero espectro fantasmal,
alma en pena, ánima
o sea ser un desubicado inadaptado
no mal parecido, de léxico extenso
de dicción y sintaxis correctas
en su hablar pausado
y excelentes puntajes en las pruebas
que periódicamente rinde
para entrar a la Universidad
—perdón, ingresar—
por lo menos si se trata
de medir el grado detentado
de aptitud verbal o
manejo de la lengua materna
O sea ser simplemente alguien
con una forma larga de mirar
uno de esos que de pronto mueren en forma trágica
sin que nadie se sorprenda
y sin que tampoco se entere mucha gente
y que por ahora sobrevive
y sonriendo intimida
y con una tristeza apenas esbozada
¿o alguna bondad verdadera escondida y profunda?
enternece un poco a algunas almas simples
o sea ser
un itinerante transeúnte
en cuyo camino surgen
amenazantes patotas de sonámbulos
todos y cada uno perfectamente dormidos,
soñando el mismo sueño
haciendo lo posible por parecerse a un poster
tarareando temas de Lucho Barrios o Peter Frampton
o intentando cantar chovinisattas añejas, desafinando
o incluso, de vez en cuando
para discípulos postulando
por mis mismísimos caminos
los que recorro o trazo
mirando si por ahí aparece
algún gurú o verdadero Maestro
capaz de arreglar algunas de las goteras del Espíritu.
Y yo escribiendo por mientras, pero
ya que ha quedado suficientemente en claro
que no soy ningún poeta
¿hace falta aclarar
que no soy un joven Valor Consagrado
Representante de la Nueva Generación Literaria?
—por ahí se encuentran algunos
no se crea que esas entidades no existen en carne y hueso—.
Pero sí tengo que dejar constancia
que espero que, pase lo que pase
aun en la eventualidad de que me pusiera a escribir en serio
o en serie
nunca nadie me consagre
de modo que se debiese ayunar en forma voluntaria
para asimilar adecuadamente mis producciones
y espero también que ningún amigo incauto
poco entendido en los menesteres y quehaceres del mester literárico
pueda andar considerándome como alguna especie de
Promesa de las Letras Chilenas
espero solamente que me escuchen de vez en cuando
mientras tenga algo que decir —no ocurre siempre—
espero que de repente
le echen una ojeada
a algún papel impreso, mimeografeado, dactilografiado
fotocopiado o manuscrito
porque tengo
que
escribir, de vez en cuando.
En cualquier caso advierto
que no tengo un gran futuro por delante
que de repente
puedo mandarme a cambiar
en forma voluntaria
deste conjunto de fenómenos
en que estoy como una mosca en una telaraña
que quedó ahí después que a la araña
le pegaron un escobazo o le echaron insecticida
aunque los que realmente se suicidan
guardan sus intenciones
con un silencio casi religioso
dicen que dicen.
He advertido no ser un poeta
y proclamo en fin que si bien una calvicie
apunta ya en mi cráneo
tengo pelos de sobra en las axilas y en el pubis
y en la cara y en el pecho y alrededor del ombligo
y de los pelos se cuenta
que, como las uñas
siguen creciendo por cierto tiempo
después que uno muere -a no ser
que se le mente la madre a algún tipo provisto
de un lanzallamas, o que
previo conciliábulo con amigos fotógrafos
advertencias a reporteros gráficos free-lancers
y a algún cineasta que disponga de materiales
me pare de una vez por todas
con las piernas abiertas y
unos pantalones de goma, cerrados por abajo para pescar
que conservo todavía
llenos como un guatero
pero no con agua caliente, sino que con bencina
sobre la llama de la libertad
ubicada, por si Vd. o U.S. no lo saben,
en la terraza de un cerro de roca
que los autóctonos nativos aborígenes
denominaban siglos ha “Huelén.”
pero advierto sí
que no tengo pelos en la lengua
Post data:
A lo hecho
pecho;
a lo dicho
picho caluga.
intentándose la eventual eti-estética de una poética
épicoepidermática
juego de tercer grado
(Cf. “Nacidos para Triunfar,” James/Jongeward,
Fondo Educativo Interamericano, S.A.,
Reading, Mass., 1975, Página 32)
DEDICATORIA
Este trabajo está dedicado
al Sr NAVARRETE, actuario del 2º Juzgado del Crimen de Menor Cuantía,
Analista Transaccional y miembro de la SECH
al propietario de una Imprenta de Recoleta esquina Santos Dumont, y a la
memoria de su yerno CLAUDIO MARÍN* (calibre veintidós)
al Dr ARÍSTIDES ROJAS LADRÓN DE GUEVARA, traductor de un libro de
Hugh Prather editado por CUATRO VIENTOS y a la memoria de la en su
momento suegra, VIOLETA PARRA* (arma corta en una carpa)
al Dr ARMANDO ROA, autor de un infame opúsculo difamatorio a MADRE C*AÑAMO, un venerable Tratado de PSIQUIATRIA y otros libros
a los NOMBRES de los VALIENTES SOLDADOS que han sido de CHILE el
SOSTÉN y que llevan grabados nuestros
PECHOS
a la causa de la PAZ, la JUSTICIA y la LIBERTAD
al Papá Fisco, del cual Todos somos hijitos
a MADRE TIERRA (Pacha Mamma)
MADRE NOCHE (Mutter Nacht)
MADRE CÁÑAMO (CANNABIS MATER)
y a la sartén en que nos freímos toditos y que vayan Ud o US a saber Quién tiene por el mango
PREÁMBULO
A PROPÓSITO DE (INSPIRADO POR) EL NOMBRE
DE CIERTA OBRA UTILIZADO PARA REFERIRSE A UN
CONCURSO NACIONAL DE POESÍA JOVEN
Si por tierra entendemos
no el humus, ni la greda sin cocer
ni el barro sin agua, ni la arcilla
si por TIERRA entendemos
esta bola que traza elipses alrededor
desa estrella que llamamos Sol
elipses que, al moverse el sol a su vez
a una velocidad increíble
dentro de esa especie de balón de rugby que llamamos
Galaxia, y que a su vez
se aleja cada vez más desde su origen
trazando van en el aire
una espiral cuya forma resulta algo difícil de imaginar
cabe preguntarse
si se puede por ahora residir en otro lugar
y, aun cuando un ciudadano de la República hermana del Perú
afirme haber viajado hasta una de las lunas del
planeta Júpiter declarándola -totalmente en serio-
habitable y habitada
cabe afirmar, sin olvidar la APOLLO XII y su cosmonáutica parentela
que, por lamentable que pueda parecer
para la mayoría de nosotros
por el momento
la respuesta es no
Y ya que aquí residimos
es porque aquí hemos sido paridos
sin haberlo elegido de antemano
según parece, oh hermanos humanos
tal vez, tal vez habiéndonos merecido tal cosa
y, algunos, y yo diría
la mayoría
sin poder elegir tampoco el lugar
desta esférica superficie desta redonda plana tierra
en el cual residir vivir o sobrevivir o subvivir
pero sí se puede optar si uno realmente quiere
por hacer cualquier viaje, de polizón o pasajero
a cualquier parte incluso al más allá
si se puede optar por abandonar esta residencia
aunque sea por un ratito
porque pudiese ser que los hindúes
tuvieran razón, y volvamos a nacer
de nuevo
sobre esta tierra de mierda.
Cada uno de nosotros
vive sobrevive o subvive a su manera
y, aunque no vivas como quieras
como quieres quisieses o quisieras
vives sobrevives subvives
aquí resides
por mientras pasa el tiempo que te separa de la muerte
suceso que también te sucederá aquí
(aun cuando después asuntes al cielo en cuerpo y alma)
y ese tu residir aquí
está lleno de circunstancias vitales
variadas y variables
increíbles y banales
algunas
meramente circunstanciales
y otras más relevantes
que atañen más a tu meollo
las que tañen con más fuerza
tus campanas.
Corriendo el riesgo de ser descalificado bajo el vago cargo de
individualismo, de que para mí el mundo termine muy poco más allá de mi
piel y
rogando se me perdone el probable egocentrismo autista y mi compulsión a
decir la verdad sólo la verdad nada más que la verdad y, en la medida de lo
posible algo más que algo de la verdad -lo cual es considerablemente distinto
que toda la verdad, pero totaliza algo más que los ciento cincuenta versos que
el Concurso de Poesía Joven que “inspiró” este preámbulo determinaba como
límite máximo de las obras a participar
he aquí las mías
Quisiera poder mostrar algo
de ciertas cancioraciones sinfeccionadas, sinfectadas
de ciertas esperrancias y herideas sincereceas
—sincavidades o con carieacontecidas concavidades
en todo caso, sinvexas
de ciertas operalíricaciones a tajo abierto,
impazsintiendo —ananestesiados— escriturando a lo que esgrito
desde el lado de acá de las sombras,
estación otración enfierno, invernacular primafalsa,
fríamavera, potro, rueda, cruz
Pero por ahora, sólo
Advertencias
Confesiones
Aclaraciones varias, dos puntos:
(1 ADVERTENCIA)
Advierto
que no soy un sicótico
me dicen “loco” pero a los que me dicen “loco”
otros a su vez les dicen “loco”
tal como se dice “flaco”
—a veces me dicen “flaco”
y un flaco re´flaco me dice “gordo”—.
Pero, a Vd. y U. S. advierto
que, en verdad,
no soy un LOCO
a pesar de las etiquetas
vulgarmente llamadas diagnósticos
que me han aplicado
especialistas, y de los destacados
humedeciendo la goma de las etiquetas
con esponjas plásticas
las manos enguantadas en látex
—polvo talco al ajustarse los guantes de látex
—alcohol desnaturalizado en las esponjas plásticas
—blanco inmaculado en los delantales sacerdotales
—líquido o pasta conductor(a) en las sienes o el cráneo
(según se trate de E.E.G. o E. Sh.
tales por cuales—)
que ni siquiera soy mucho más neurótico
que el promedio de mis contemporáneos
que tengo buen pronóstico
que todavía no me lobotomizan no me practican
lobotomía
que mi computadora funciona, y tanto
como para escribir esto
sin errores ortográficos, sin faltas
de ortografía
o fallas en la puntuación,
(esta parte termina con una coma) (,),
(1ª CONFESIÓN)
Confieso eso sí
que a veces tengo que agarrarme los sesos a dos manos
que a veces los Grandes Pensamientos y Soluciones
comienzan a burbujear
y se acumula el vapor a presión en mi cabeza
y tengo que tomar un baño de tina
—hidroterapia, que la llaman—
o hacer algo por el estilo
y que otras veces
el mundo pierde color
se vuelve algo así como el pavimento de las calles
alguien me pavimento el mundo
y todo es sendero o carretera o camino
pero nunca destino
y uno se va a morir esperando llegar a alguna parte
dos pasos atrás por uno pa´delante
viéndolo todo gris gris
sin sentirse dichoso ni feliz
y son bien conocidas las distorsiones visuales
que provoca el sol sobre el pavimento caliente
y aunque a veces, cuando cae el sol,
el pavimento se caliente
eso no significa necesariamente
que haga calor
el mundo
es como ripio cubierto de cemento
de cemento fraguando
y el frío puede llegar a ser terrible.
Y por tanto, confieso
y, a pesar de todo,
hasta ahora no decreciente
procedo a practicarme acupuntura
con agujitas hechas en papel de arroz
en lo posible marca Smoking, elaborado
con las máximas garantías de higiene
por Miquel y Costas & Miquel, S.A.,
en Barcelona
por ahí se consigue expedita y legalmente a precio irrisorio
—el gallo de papel francés ya no llega por estas latitudes—
o soplar hacia dentro pitos
hechos en cualquier papel
de biblia a veces, incluso
de hojas de Biblias o de libros editados por Aguilar
impresos en ese papel
—por lo demás, por ahí tengo una pipa—
Pero es preciso hacer notar que la yerba
proviene de las matas de cáñamo
y que las matas de cáñamo no son ANDROGINAS
y lo que funciona para la acupuntura esa
los pitidos o piteadas, o las pipas
son las inflorescencias de las HEMBRAS
los Kogoyo
diminutos álamos, cipreses o laureles
arbolitos de pascua cromáticamente parsimoniosos
sólo tonos marrones, pardos, verdes en su gama
y, en vez de esas estúpidas bolas de vidrio coloreado metálicamente
frágiles como ellas solas
óvulos —fecundados o, en lo posible sin fecundar— semillas,
Semyyita
ricas en lípidos: les encantan
a las aves, y dejan
feas manchas en el parquet
si inadvertidamente se las pisa
envueltos en un delicado tejido vegetal y resinoso
que los implicados en su ingestión denominan
Kapuyito
forrando amorosamente
las semillas arracimadas
en las inflorescencias
de las matas
de sexo femenino
temperamentáles hembras, posesivas y celosas
perfectamente capaces de complicarte la vida
con las hembras humanas
—los entes esos denominados MUJERES
—¿Qué mujer se va a meter con un volado?
preguntó el señor actuario.
—el barbudo severo y vigoroso señor actuario,
escritor y volado en retiro:
dedúzcase que
gracias a las matitas esas
uno corre el peligro
de llegar a tener el gusto
de conocer a señores actuarios
casi siempre cuidadosamente afeitados
—siempre excepciones hay.
De manera que las mujeres
—al menos según ese señor actuario—
y la justicia, mujer también
la justicia que no es ciega sino corta de vista
que padece de miopía y astigmatismo y cataratas
la justicia que no es sorda, sólo algo dura de oído
la justicia que no es muda en absoluto,
que parla un discurso
lleno de sonido y furia
te dan vuelta el caracho
y uno empieza a pensar
que a pesar
del tiempo derrochado a pulmones llenos
en ese mi romance con la hembra cannabínica
sostenido, largo, vivace
de esos que no se cortan de un día para otros
puede que la vaina sea un bolero y tal vez
nosotros
que nos queremos tanto
debamos separarnos
o en todo caso
no podemos seguir así:
la cosa ya no se puede manejar a nivel amateur
o uno se profesionaliza o uno se CHANTA
con riesgo de volverse alcohólico o adicto al Optalidón
Y acá, aclaro
que esto se ha dado así
porque en los buenos momentos
del mencionado romance
el tiempo ha recuperado
un durée de bourée
—un devenir de pastoral, por si Vd. o U.S. no saben francés
se ha dado repetidamente
la posibilidad de dejar de ver todo gris
de repente todo está bien, just o, key
y como la vida no hay, olray
y continúa habiendo grises, por supuesto
entre el negro y el blanco
pero secundum Mondrian el blanco el negro y los grises intermedios
no son colores:
están los otros, los verdaderos
colores, los otros todos
y uno los ve, y ve las cosas que los sostienen
—advierto no ser daltónico—
y uno ve a la gente
y a su ropa y a su piel
sus ojos y cabellos
y la entiende y la comprende (generalmente)
o al menos, de alguna manera
la cacha,
rodeándola en una red cualquiera
de parámetros y coordenadas, por último.
En todo caso se hace lo posible
y aunque a veces hay encuentros
son raros y fugaces
pues ellos (generalmente) no
o no salen o da no sé qué sacarlos
de sus munditos de soportables tonos
más o menos pastel, más o menos grisáceos
o bien de colores de televisión
de televisor en clores o no
o agfacolor, technicolor, kodakolor, qué se yo
o de tonos francamente plúmbicos
o negros negros
con tonos violáceos de hematoma
café de nescafé o de manchas de sangre
—también los hay.
Pero ya empieza a resultar largo el karma
de “volado” para los amigos, y algunos de ustedes
de marihuanero para ellos, y algunos de ustedes
Uno es distinto
menos loco pero más RAYADO
un tipo escrito impreso o manchado con distinta tinta
y le preguntan cada vez más seguido
si es extranjero
pues de algún modo
por ahí se intuye que uno ve
que ha aprendido a ver las cosas de otro modo, uno
puede a veces ver las estructuras y los colores
el verde del musgo y el del carabinero
el rosa del crepúsculo y el de las rosas
el de los labios, el del glande
el rojo de la Coca Cola, el rojo de la bandera
soviética el de la norteamericana chilena
británica francesa el rojo en bandas de la bandera
norteamericana el rojo de la Pepsi Cola
El azul primario que a veces delimita estrellas blancas
el azul oscuro y el azul celeste de la Pepsi Cola
el azul marino de los distintivos
del Cuerpo de Gendarmería de Chile
el celeste de los furgones
en que se transporta a los detenidos o procesados
y el azul eléctrico de pequeñas lucecitas
destellos, spots que se me aparecen de improviso, por un instante
en el aire claros, luminosos, pequeños
—talvez sea lo más raro que me pasa—.
La cosa es que además de los colores
veo otros aspectos menos sensibles
de la realidad, menos sensoriales, por si se entendió mal
—nada demasiado esotérico tampoco
no se entienda más de lo que digo
nada que no se pueda meter en una conferencia
aunque sea larga
sobre estructuras y hiebas desas
talvez con diagramas, si Vd. o U.S. quieren
si por qué sé yo por qué
Vd. o U.S. pretenden comprender como percibo
la realidad
sin anteojeras, que nunca me sentaron bien
de modo que desarrollé la notable habilidad necesaria
para irme desprendiendo de ellas
hasta quedarme solo, sólo con dos pares de lentes
fotocromáticos, aumento -1 -1
montados en el taller de óptica del Hospital Militar
Como en cambio siempre me gustaron
los cuentos y los cantos y los himnos
y también las historietas y canciones de cuna
terminé por aprenderme buena parte de ese material
—un tal León Felipe, español por más señas
proclama saberse todos los cuentos
yo aclaro que me sé un buen lote solamente
pero que en cambio dispongo de un buen repertorio
de chistes crueles
y que he cuchareado en muchas chuchocas, muchachos
hace rato que ando en lo hondo de la onda.
Pero no basta ver la moto
y estudiarla desarmarla y considerarla
para hacerla partir y manejarla
las motos los autos y los mundos
suelen tener dueños
y la libertad de los demás es cosa seria
pueden hacer cosas terribles
con la de ellos
y también con la de uno.
Pero no echo la culpa al empedrado
cuando tropiezo —al menos no siempre—
ni al manubrio o a los frenos
cuando choco de nuevo.
El caso es que me cojea el alma
no sé manejar, no tengo carnet de chofer
licencia para conducir ni dispongo
de vehículo motorizado alguno.
De modo que a veces es preciso o preferible moverse
lo menos posible para evitar tropezones y choques
pues siempre o casi o casi está el refugio
de utopizantes pero posibles futuros —pero posibles!—
aprovechando la infinita capacidad del aire sobre mi cama
para soportar hermosos y gigantes castillos
que se van por la ventana
junto con el humo y el CO2;
en fin, don Nicanor
el señor Parra, escribió no recuerdo en cuál antipoético opúsculo
“se me ocurren ideas luminosas”
y mientras no se demuestre lo contrario
advierto confieso aclaro
que las mías son más y más hermosas
—repárese en que me salió rimado—.
Pero si a uno le funcionan las piernas
tiene que salir de vez en cuando, y por tanto
es posible verme por ahí
dándome estrellones contra los postes de la realidad
y veo estrellas y hago ver estrellas
generalmente por andar mirando para otra parte
pues suele haber mucho que mirar
por detrás abajo por delante arriba
pero no hay nadie a mi lado
con quien se pueda caminar hacia el horizonte
mirando hacia el horizonte
como en un final de spaghetti western
o mirando la puerta de la iglesia
la luz de afuera al salir de los sacramentos y sus ritos;
y como a falta de pezones lóbulos labios etcétera
pasables son los cabañas con filtro,
como careciendo de caricias aparece la ansiedad
—stress, para los entendidos—
uno continúa empeñado en su lento suicidio
de fumador homicida que fuma en público
y en recintos cerrados
—por demás, todo el mundo o casi fuma y fuma
y fumando espera lo que diablos sea
lo que estén esperando —si algo esperan—
mientras, la mencionada ansiedad está siempre
al borde de transformarse en angustia
en Angst, para los pedantes y los cultos
en espera existencial que no es pera ni manzana
ni sidra ni chicha ni limoná, algo aliviable
consumiendo Coca Cola (“todo va mejor”)
y “la chispa de la vida” no incendiará jamás la pradera
ni provocará holocausto alguno
de manera que hay que cercar a la ansiedad
o litizarla (?) con ANSIOLÍTICOS
de los cuales no mencionó marcas: ningún laboratorio
me pagará un peso ni me hará descuentos
y por otro frente
trazar líneas defensivas
con tabletas de clorpromazina
—ce pe zeta, para los iniciados—
para prevenir el desembarco de los Innominables
—desos que cuando se instalan en uno
sólo logran ser expulsados
en epilépticas convulsiones electro o insulinoinducidas
de modo de dormir más de lo necesario
con muchos sueños, que parecen desatar algunos nudos
en mis nervios, destapar mis plexos, disminuir
la actividad bioeléctrica vigílica de mis dos sistemas nerviosos
de modo de no reventar ni gritar
ni sacarme la ropa en público
de no andar por ahí llorando
ni sudando sangre
lo que podría ser muy higiénico
pero
a la gente no le gusta oír llorar
y yo puedo hacerlo en forma muy intensa
lo que molestaría a los vecinos
al prójimo, más distante que próximo
porque en verdad, en verdad os repito
que no hay nadie a mi lado
con quien pueda caminar
y hacer algunas cosas
¿Diré que Afrodita me tiene mala barra
o que ofrezco fácil blanco a Cupido
o que a este último engendro se le acaban las flechas conmigo
o que tiene mala puntería cuando se trata de ellas
mis dubitativas indecisas reluctantes
anheladas soñadas amadas?
¿O diré que tatita Dio me deparó la soledad
que no es mala si uno sabe aprovecharla
junto con hartas otras cosas
muchas indiscutiblemente ventajosas
hermosas y graciosas
(Cf. “Gracias a la Vida,” de Parra, Violeta)?
¿O diré que simplemente aún no llega el momento?
No siempre es la esperanza lo último que se pierde
y rara vez se pierde definitivamente.
¿Hace falta aclarar
que esto no es ninguna canción precedida de poemas de amor?
Pero en cuanto a esperanza poca es la que resta
suma la división
la multiplica
et moi c´est un autre
y yo es otro
otro con cursivas
con estas bastardillas, itálicas
para los otros sin cursivas
distinto
(creo que ya lo dije)
y un solitario además
o por lo tanto
y uno escribe y lee
y escribe y no ve casi nunca televición
pero de vez en cuando
lee el diario
—terrible experiencia, cuando se es capaz
de descodificar esos mensajes
sometiéndose a esos mensajes
uno es un solitario soltero que escribe
sobre la soltería y otros tópicos y temáticas
un soltero, y no está faltando mucho
para que empiece a justificarse
una ene al final y un acento
sobre la letra /o/ de la palabra “soltero”
y las subsiguientes sospechas de merecer
otros calificativos terminados en las mismas letras
la entildada o y la ene final
y por mientras uno escribe mientras
los amigos continúan enloqueciéndose reproduciéndose y suicidándose
haciendo el buen negocio de casarse
arrejuntándose despeñandose e intoxicándose
y sus sueños se van haciendo
cada vez más sabatianos
sufren cada vez más a veces escriben también
a veces andan sin darse cuenta de lo que es nada
a veces la Nada o poco menos
y uno escribe —yo escribo—.
Pero debo advertir que
no soy un poeta joven
aunque todavía pueda decirse que soy joven
y el actuario mencionado supra me tratara de “hijo”
—y eso que tenía sólo un año más que Jesús en la cruz—
(aun cuando alguna joven
me haya gritado "viejo cochino"
cuando pretendí enterarme de qué hacía
a esas horas, en esa esquina).
Porque lo que yo escribo, los textos como o casi como éste
no son poemas
a no ser que poema no se escriba sólo con /p/ de profundo
con /p/ de prístino, de puro, de plateado pétalo
a no ser que
poema
se escriba también con /p/ de puta
de puta preñada, de puta pariendo: puta madre . . . !
de puta frígida, de puta estéril (puta la huevada)
de puta difícil de puta caliente de puta niña
joven mujer señorita o señora puta
—pringada, muchas veces—
con /p/ de puñal se ha escrito más de algún poema
pero
¿y con /p/ de cien Palos zen en la cien
—chúpate ese Koan, coño
con /p/ de Patada en el Poto o en el plexo solar
o de Palmadita en la mejilla del amigo
o en el trasero de la chica coqueta
o de Paletada de Sepulturero?
aun cuando, al menos aquí, en Santiago de Chile
los sepultureros utilicen más bien escaleras que palas
pues ya no queda Tierra, sólo Bóvedas
nichos de concreto en el Cementerio General
¿o es que a usted no se le ha muerto nadie últimamente?
o si así fue
¿es que no cumplió con sus Deberes
para con el Difunto yendo a despedirlo al Camposanto?
¿es que ni siquiera ha ido usted a pasear
o a pololear o a estudiar
al Cementerio?
—excelente ámbito para todo eso—;
y además, la incineración se pone en boga
y a estas profundidades
la fucsia parece corista, striptisera o bataclana.
Advierto ¡ay! que tampoco soy un poeta pobre
las Musas no me han bendecido
con una pobreza solemne
de sietes y brillos en el terno oscuro
de cuello y puños deshilachados
y feas corbatas angostas pasadas de moda
pues las musas o los hados o el diablo
han dispuesto que mis bienamados padres
se hagan un deber el mantenerme
a un nivel
modesto, decente y adecuado dentro de
las posibilidades de sus nada exorbitantes jubilaciones.
De modo que no soy un poeta pobre
aunque a veces ande por ahí mirando
comida, con hambre y sin plata
aunque no haya podido sacar de ese prostíbulo
de la calle San Camilo cerca de Santa Isabel
a una chillaneja que anduvo por el ambiente
por falta de plata
pues como no soy católico
no me interesé en rescatar de ahí mismito
una imagen de la Santísima Virgen
que se venera a lado de la caja fuerte
ni sacar un librito
por falta de plata
ni comprar libros nuevos
y porque sé de la pobreza que no es pose
la temo y la respeto como para ponerme a hacer gárgaras o gorgoritos
con la palabrita
o describir sus gárgolas trompeteantemente
engolando la voz al leer la Oda subsecuente
—las audiencias suelen emocionarse:
¿mala conciencia
en las audiencias?
pero, fundamentalmente
porque no soy un poeta
a no ser que ser un poeta
sea ser un payaso
o sea ser un espectro
—saludable, pero espectro fantasmal,
alma en pena, ánima
o sea ser un desubicado inadaptado
no mal parecido, de léxico extenso
de dicción y sintaxis correctas
en su hablar pausado
y excelentes puntajes en las pruebas
que periódicamente rinde
para entrar a la Universidad
—perdón, ingresar—
por lo menos si se trata
de medir el grado detentado
de aptitud verbal o
manejo de la lengua materna
O sea ser simplemente alguien
con una forma larga de mirar
uno de esos que de pronto mueren en forma trágica
sin que nadie se sorprenda
y sin que tampoco se entere mucha gente
y que por ahora sobrevive
y sonriendo intimida
y con una tristeza apenas esbozada
¿o alguna bondad verdadera escondida y profunda?
enternece un poco a algunas almas simples
o sea ser
un itinerante transeúnte
en cuyo camino surgen
amenazantes patotas de sonámbulos
todos y cada uno perfectamente dormidos,
soñando el mismo sueño
haciendo lo posible por parecerse a un poster
tarareando temas de Lucho Barrios o Peter Frampton
o intentando cantar chovinisattas añejas, desafinando
o incluso, de vez en cuando
para discípulos postulando
por mis mismísimos caminos
los que recorro o trazo
mirando si por ahí aparece
algún gurú o verdadero Maestro
capaz de arreglar algunas de las goteras del Espíritu.
Y yo escribiendo por mientras, pero
ya que ha quedado suficientemente en claro
que no soy ningún poeta
¿hace falta aclarar
que no soy un joven Valor Consagrado
Representante de la Nueva Generación Literaria?
—por ahí se encuentran algunos
no se crea que esas entidades no existen en carne y hueso—.
Pero sí tengo que dejar constancia
que espero que, pase lo que pase
aun en la eventualidad de que me pusiera a escribir en serio
o en serie
nunca nadie me consagre
de modo que se debiese ayunar en forma voluntaria
para asimilar adecuadamente mis producciones
y espero también que ningún amigo incauto
poco entendido en los menesteres y quehaceres del mester literárico
pueda andar considerándome como alguna especie de
Promesa de las Letras Chilenas
espero solamente que me escuchen de vez en cuando
mientras tenga algo que decir —no ocurre siempre—
espero que de repente
le echen una ojeada
a algún papel impreso, mimeografeado, dactilografiado
fotocopiado o manuscrito
porque tengo
que
escribir, de vez en cuando.
En cualquier caso advierto
que no tengo un gran futuro por delante
que de repente
puedo mandarme a cambiar
en forma voluntaria
deste conjunto de fenómenos
en que estoy como una mosca en una telaraña
que quedó ahí después que a la araña
le pegaron un escobazo o le echaron insecticida
aunque los que realmente se suicidan
guardan sus intenciones
con un silencio casi religioso
dicen que dicen.
He advertido no ser un poeta
y proclamo en fin que si bien una calvicie
apunta ya en mi cráneo
tengo pelos de sobra en las axilas y en el pubis
y en la cara y en el pecho y alrededor del ombligo
y de los pelos se cuenta
que, como las uñas
siguen creciendo por cierto tiempo
después que uno muere -a no ser
que se le mente la madre a algún tipo provisto
de un lanzallamas, o que
previo conciliábulo con amigos fotógrafos
advertencias a reporteros gráficos free-lancers
y a algún cineasta que disponga de materiales
me pare de una vez por todas
con las piernas abiertas y
unos pantalones de goma, cerrados por abajo para pescar
que conservo todavía
llenos como un guatero
pero no con agua caliente, sino que con bencina
sobre la llama de la libertad
ubicada, por si Vd. o U.S. no lo saben,
en la terraza de un cerro de roca
que los autóctonos nativos aborígenes
denominaban siglos ha “Huelén.”
pero advierto sí
que no tengo pelos en la lengua
Post data:
A lo hecho
pecho;
a lo dicho
picho caluga.