de Tílimtilín
David Rosenmann-Taub
I
No me ofrezcas, Señor, por redimirme,
del multiverso el fondo.
Ofréceme los ojos de tus ojos:
lo imposible.
XII
Quimérico arenal,
lumbre
bullente,
trampa,
fangoso vértice.
¿La majestad
nupcial?
¿Palote?
¿Duende?
Zumbón, a mi manera:
prestancia,
yermo yermo.
¿Me conduces?
La estepa
de tu armario me impone
la guaraná
de mi anaquel decrépito.
CXXXIV
¿Vibrar
para negar?
Como tu inexistencia tiritona,
mis devotas
escobas.
Sin deseo, deseas.
Ítem, ellas.
CXXXV
Rozarte, roturarte,
pero nunca sembrarte,
pues mis semillas: sangre.
CXXXIX
Jaranero terror.
Cochitril:
renacer.
Todo el sí para el no.
Todo el no para el sí.
Ambos
– ¡ambos! –
¿para qué?
Hiel
tras hiel.
No me ofrezcas, Señor, por redimirme,
del multiverso el fondo.
Ofréceme los ojos de tus ojos:
lo imposible.
XII
Quimérico arenal,
lumbre
bullente,
trampa,
fangoso vértice.
¿La majestad
nupcial?
¿Palote?
¿Duende?
Zumbón, a mi manera:
prestancia,
yermo yermo.
¿Me conduces?
La estepa
de tu armario me impone
la guaraná
de mi anaquel decrépito.
CXXXIV
¿Vibrar
para negar?
Como tu inexistencia tiritona,
mis devotas
escobas.
Sin deseo, deseas.
Ítem, ellas.
CXXXV
Rozarte, roturarte,
pero nunca sembrarte,
pues mis semillas: sangre.
CXXXIX
Jaranero terror.
Cochitril:
renacer.
Todo el sí para el no.
Todo el no para el sí.
Ambos
– ¡ambos! –
¿para qué?
Hiel
tras hiel.