Trepidaciones

Claudina Domingo

Para José Francisco Zapata

persevera en el instante y no es nostalgia          (añicos de acetatos) los cabellos lacios de un petróleo sideral bajo el sol nuevo          (verde esmeralda) no se resiste a la expulsión del muro          ventanas tres y cuatro ausentes (las otras encaje de azúcar)          subeibajas oxidados
          (persevera) el desmantelamiento de un día en sus horas imposibles


dices (impávido) “el día salió de la madrugada como una rata reventada”          (averiada) la naturaleza arrebató su impuesto a la ciudad          “ni tiempo te dio de sacar tus chivas”        
          no crees a los ojos hasta que el perfume a muerto (o gas) crece con los días          (luego susurras) “ciento veinte segundos contra la ciudad”          (hoy nada quieres saber de sus trepidaciones)          apilaron a los muertos “en esta esquina”          intentaron la resucitación más adelante          entre varillas (viguetas) plafones tuberías          buscaron lo que no había digerido la devoradora          “cualquier pendejada y se nos viene todo encima”          tropezaron con los restos de la muchacha (que amaneció bajo un cielo de cascajo)


tela de araña (el portal) Gran Hotel o clínica          una resbaladilla sostenida sobre tres piedras          el jilguero estropeado de un columpio          (vigas de madera) “nunca más”          (nunca más) 151-49-30 la herida del fresno (franca)          el templo socavado (antes de que el metro desaparezca en la entraña épica de la ciudad)          amasijo (naturaleza atropellada)          apilar escombros (no son lo que parecen) fragmentos de una constelación que no volverá a alinearse          decir “una ciudad no se levanta por sí misma” (se derrumba por sí sola)          “sólo al nombrarla es que se erige”


pausa (rebobina)          a la modernidad le gusta hacerse esperar          (sabe que te la saboreas como esos dulces que tenían una cubierta de papel y pistaches en lo blanco)          mientras buscas en la fayuca un disco de Pink Floyd que todavía no llega (generosa) te pone en las manos un día que nunca se parezca a otro          el “no puede ser” que tendrá que convertirse en leyenda


una falla (toda la ciudad pendiente de una falla)          pero es “break” no “wrong” y la han traducido mal          “un quiebre” “un rompimiento” un tirón en el tendón de Aquiles de la ciudad
          fractura y desgarre (destripe de ladrillos y azulejos)          aprender a vivir en su cadáver (es necesario)          aprender a vivir con su cadáver (de su cadáver)          cables que llevan luz a ninguna parte          un datsun con hologramas chinos (encallado hace veinte años)          la Tránsito asentada en los baldíos de la memoria          te fuiste de cotorreo (y regresabas)          lo cuentas cada que te ponen este rosario en las manos          (dices) “el destino tiene esta cara”          la cara que puse cuando vi que donde hubo casa la ruina se mecía sobre sus garfios de gárgola             
                    jueves (cascajo) ¿cuál forense?          “ya así a la delegación”


(te chingaron) princesa ¿o te chingaste?        tendrás que esperar otro par de decenios para ver caer la trabe que entonces sólo flaqueó (se inclinó un poco) y se acodó en una rampa
       suponer las ruinas      aquilatar los residuos de colores carteles historietas       luego aventarse como siempre a la posibilidad de lo posible      llegará un día en que no tengas que esperar dos años para ver las películas       una semana (¿un jueves?) quizá un año llegue y diga “vine a resarcirme”
        mientras tanto (el miedo) no se va (se niega) se asoma a cada rato y musita “ahorita regreso”       (nunca más) confiarás en su corazón de cisterna vacía     (a veces) te detendrás con el pulso en desbandada        hasta asegurarte que es sólo un torton (el que pasa)
                            mientras tanto ¿por qué la falta de fe en el futuro?