Una Conversación con Richard Zenith

Ryan Mihaly

Photograph by Nuno Ferreira Santos

No es secreto que los poetas son reverenciados en Lisboa. Inmediatamente después de nuestra entrevista, el traductor Richard Zenith me guió hasta la Praça de São Paulo, una plaza donde vimos a la Lisbon Poetry Orchestra interpretar versiones musicales de poesía surrealista portuguesa. El evento era gratis, abierto al público, y estaba repleto. Mientras la banda de seis músicos tocaba unos compases serpenteantes y sicodélicos, Zenith traducía en vivo para mí la versión rasposa que el vocalista hacía del poema de Pedro Oom “Actuação Escrita” (“Actuación Escrita”): “Se puede escribir sin ortografía. Se puede escribir sin sintaxis. Se puede escribir sin portugués. Se puede escribir en una lengua sin saber esa lengua”.

Zenith tiene una relación íntima con el portugués, pero llegó a él relativamente tarde: tomó su primera clase cuando estaba en su último año de universidad, en 1979. No mucho después de graduarse se encontró en Portugal, con “un océano de literatura” ante él, mayormente sin traducir. Desde sus primeras traducciones en los ochentas ha traducido unos 25 libros de escritores portugueses, tanto antiguos como modernos. Ha trabajado de cerca con muchos de los poetas más conocidos y respetados de Portugal, como Sophia de Mello Breyner, Herberto Helder y Adília Lopes. Lo que lo ha hecho más conocido son sus numerosas ediciones y trabajos en inglés sobre la obra de Fernando Pessoa, entre las que se incluyen
The Book of Disquiet, Fernando Pessoa and Co., A Little Larger Than the Entire Universe: Selected Poems y The Selected Prose of Fernando Pessoa. En 2012, Zenith ganó el prestigioso Premio Pessoa por su promoción del poeta y también de los muchos otros autores portugueses que ha traducido al inglés.

Antes de esta entrevista, tuve la oportunidad de escuchar a Zenith leer en la Casa Fernando Pessoa, en Lisboa. Leyó de dos libros que discutimos aquí:
28 Portuguese Poets, un curso intensivo sobre la poesía portuguesa post-Pessoa, y Multitudinous Heart, una selección de la vasta obra poética del brasileño Carlos Drummond de Andrade. En el mismo cuarto que guarda los icónicos lentes de Pessoa, sus libretas, y otros objetos personales, Zenith presentó a diez de los 28 Portuguese Poets, de manera cuidadosa y experta: su conocimiento de poesía portuguesa –que atraviesa Portugal y Brasil– es profundo. Si sus traducciones son intensas, vivas e inteligentes, sus lecturas lo son aún más.

Nos encontramos unos días después en su departamento de Lisboa para discutir el legado de Pessoa, la poesía portuguesa contemporánea y la experiencia formidable de traducir a Carlos Drummond de Andrade.

—Ryan Mihaly



La mayor parte de la obra de Fernando Pessoa fue publicada después de su muerte, y luego de leer la lúcida introducción que usted hace en Fernando Pessoa & Co. me preguntaba por qué razón fue publicado de manera póstuma. ¿Qué hizo que sus editores desenterraran sus manuscritos?

Para cuando Pessoa murió en 1935, ya era un intelectual respetado en Lisboa. Había publicado poemas y algo de prosa creativa en revistas, pero también había publicado artículos políticos. La política portuguesa atravesó por un periodo caótico durante toda la vida de Pessoa. En 1910, una república llegó al poder siguiendo a una monarquía decadente y profundamente poco popular, pero la república era disfuncional: siempre fuertemente dividida entre distintas facciones, lo que explica por qué el dictador Salazar fue capaz de acceder al poder, ya que en un principio la gente pensó que iba a poner las cosas en orden. Como haya sido, Pessoa siempre estuvo muy interesado en escribir sobre política. Cuando murió, era conocido como poeta, pero también como analista político y polemista.

Hubo una revista llamada Presença (como “presencia”) que apareció en 1927 y que reconoció a Pessoa como un maestro literario. Pessoa no era muy conocido, pero los avezados editores publicaron algunos de sus (ahora) más famosos poemas como “Tabaquería”, “Autopsicografía”, varios pasajes de su Libro del desasosiego y poemas de sus varios heterónimos.

Pessoa tenía literalmente docenas y docenas de planes tanto para su poesía como para su prosa creativa, sus obras y sus cuentos, muchos de los cuales quedaron incompletos. También escribió piezas de no ficción sobre un amplia variedad de temas: sociología, psicología, religión, astrología y demases, pero nunca fue muy organizado para publicar su trabajo. Sin embargo, sus amigos sabían que era un escritor mayor, así que en 1940, después de su muerte, su familia se contactó con gente del mundo de la literatura que había conocido a Pessoa y comenzaron por editar su poesía. Publicaron volúmenes separados para los principales heterónimos del autor –Álvaro de Campos, Alberto Caeiro, Ricardo Reis– y luego también la poesía escrita bajo su propio nombre.

Desde el principio Pessoa fue muy apreciado por otros poetas y, lentamente, su popularidad comenzó a crecer, especialmente en Brasil. Después, su poesía empezó a ser traducida, primero en francés, y en los setentas, en inglés. Pero lo que realmente impulsó el trabajo de Pessoa fue la publicación en portugués de su Livro do desassossego (Libro del desasosiego) en 1982, cuarenta y siete años después de su muerte. Fue traducido muy pronto al español, al italiano, al francés y al alemán, pero demoró un poco en llegar al inglés. Yo lo traduje, y lo mismo hicieron otras tres personas que tuvieron la misma idea al mismo tiempo, en 1991. Así que en seis meses aparecieron cuatro ediciones en inglés. Ese libro fue el que realmente puso a Pessoa en el mapa de la literatura mundial.

El Libro del desasosiego está dividido en casi quinientas secciones numeradas. Todas las traducciones de este libro al inglés han elegido su propio orden de las secciones o “capítulos” basándose en los documentos de Pessoa. ¿Pasó esto mismo con el original en portugués y con las traducciones a otras lenguas?

La primera traducción al español siguió fielmente la edición portuguesa. Pero los editores portugueses inventaron su propio orden, no era nada que hubieran sacado de Pessoa. Pessoa ni siquiera llevaba una libreta para el Libro del desasosiego. Había pedazos de papel con trozos de la obra desparramados por todas partes; él era completamente caótico en sus hábitos.

Comenzó a escribir el libro en 1913 y trabajó en él por más de veinte años. Un poco antes de morir, puso unos trescientos textos pertenecientes al Libro del desasosiego en un sobre que marcó con ese nombre, pero los investigadores encontraron otros varios cientos de textos entre el resto de sus miles de papeles. Pessoa tenía algunas ideas acerca de cómo ordenar el material, pero se contradecían unas a otras. No sabía cómo componerlo. Entonces, todos los que he hemos editado su trabajo póstumamente hemos inventado algún tipo de orden (se ríe). Los estudiosos de Pessoa se la pasan elucubrando sobre cómo se debería organizar el libro.

Me pareció interesante que escogiera comenzar su traducción del Libro del desasosiego con el pasaje que empieza: “Nací en un tiempo en que la mayoría de los jóvenes habían dejado de creer en Dios, por la misma razón que sus mayores habían creído en él –sin saber por qué”. Ninguna de las otras ediciones en inglés usa ese como primer pasaje.

Es interesante que hayas notado eso. En realidad, no fue mi decisión poner ese pasaje primero. Fue de Pessoa. Él lo marcó como “pasaje inicial”. Y creo que si se lo lee con atención te da el marco adecuado para acercarse a todo el libro. Por el marco “adecuado” me refiero al que Pessoa pretendía. Hay muchas maneras de ordenar el Libro del desasosiego, pero de todas maneras sostendría que ese pasaje debe ser el primero.

¿Hay todavía obras de Pessoa sin ser traducidas? ¿Hay aún libros nuevos por editar que valgan la pena?

Definitivamente. Calculo que hay un par de miles de páginas que aún no se han traducido. Cuando murió, Pessoa dejó más de veinticinco mil páginas. La mayoría no estaban publicadas, y si bien algunas de esas hojas tienen apenas unos garabatos, hay otras que están densamente escritas. Escribía sobre cualquier superficie, como sobres y las partes de atrás de los calendarios. Incluso usó contratapas de historietas para escribir algunos de los pasajes del Libro del desasosiego. Aún hay una buena cantidad de su trabajo –mayormente incompleto– que nunca ha sido publicado, ni siquiera en portugués. Pessoa también escribió en inglés, y unos pocos poemas terminados y escritos en esa lengua tampoco se han publicado. Por cierto, la escritura de Pessoa puede ser terriblemente difícil de descifrar, lo que en parte explica por qué mucho de su trabajo está aún inédito.

Ya que Pessoa es un autor de talla mundial, todo es interesante, por lo menos para los académicos, y debería ser publicado. Desde un punto de vista más literario, no podría decir que no hay más cosas interesantes por salir. Irán a aparecer uno o dos poemas nuevos por aquí y por allá, pero prácticamente toda la poesía en portugués ya se ha publicado. Lo que queda sin publicarse de su escritura en inglés es útil para entender a Pessoa como escritor, pero como poesía no está al nivel de lo que escribió en portugués. En cuanto a su prosa, escribió sobre todo lo que te puedas imaginar, y aún hay algunas cosas interesantes por aparecer, pero no hay una novela inédita, ni una gran obra de teatro por ser revelada.

En su antología 28 Portuguese Poets usted explica que los poetas que han escrito después de Pessoa han debido enfrentarlo de alguna manera: es una presencia enorme. Cuando presentas a cada uno de estos poetas en su libro los compara con Pessoa o con alguno de sus heterónimos. Creo que Pablo Neruda dijo lo mismo sobre Walt Whitman, que los poetas de habla inglesa deben enfrentarlo antes de escribir su propia poesía. ¿Crees que solo los poetas portugueses tiene que lidiar con Pessoa?

Hasta hace poco, habían sido mayormente los poetas en Portugal y quienes escribían en portugués los que habían tenido que lidiar con Pessoa (Hay muchos cruces entre las poesías de Brasil, Portugal y el África luso parlante). Hasta hace unas décadas, Pessoa no era muy conocido fuera del territorio de la lengua portuguesa, pero eso ha cambiado. Su influencia, en el ámbito internacional, depende del poeta en particular. Algunos poetas leen muy de cerca a los modernistas, a figuras como Pessoa o Elliot o Pound. Otros poetas se enfrentan a sus propios contemporáneos, o a la generación que inmediatamente los precede. Todo depende.

En la poesía portuguesa parece haber un enorme sentido del legado, especialmente a lo largo de 28 Portuguese Poets. Por ejemplo, “To Love!”, el soneto romántico, clásico, de Flobela Espanca está citado indirectamente en “I want to fuck to fuck”, el sexualizado y politizado poema en verso libre de Adília Lopes. ¿Hay una ansiedad singular en la poesía portuguesa de escribir acerca de los poetas que vinieron antes?

En esta antología decidí resaltar estas conexiones, que creo están siempre presentes. Durante todo el siglo veinte y comenzando el veintiuno, los poetas portugueses estaban constantemente leyendo y respondiendo a los poetas que los precedían. Respetan la tradición en el sentido Eliótico de la palabra. Muchos poetas estadounidenses hacen lo mismo, haciendo referencias directas o indirectas a sus madres o padres poéticos, sus ancestros, aunque tal vez no con la misma intensidad. Los poetas portugueses tienden a tener una conciencia muy clara de que su escritura es parte de una conversación vasta con otros poetas contemporáneos, pero también, y tal vez principalmente, con poetas del pasado.

Incluso varios de los poetas portugueses en la antología hacen referencia a escritores estadounidenses como Wallace Stevens, Flannery O’Connor y Marianne Moore, así que tienen un sentido del legado no solo en su propia lengua sino que también con el inglés.

Sí, aunque debo decir que esta es una antología personal. Yo elegí a los poetas y también elegí poemas que podían ser apreciados por una audiencia angloparlante. Pero sí, aquí hay mucho interés en la escritura estadounidense.

Cuénteme un poco más acerca de tu criterio para incluir a unos poetas y no a otros.

Hay un consenso sobre los poetas que vinieron inmediatamente después de Pessoa, pero sobre las generaciones más recientes… hay un poco de todo. Con todo respeto, no estoy muy interesado en lo que podríamos llamar la escuela de la poesía de “Lo que hice ayer” (se ríe). Hoy se suele sospechar de la poesía que se esfuerza demasiado por decir algo.

Poesía que se esfuerza demasiado por ser poética.

Sí, y lo entiendo. Sospecho de la poesía ornamentadamente poética, e incluso llego a sospechar de la poesía que trata de decir grandes verdades, pero admiro la poesía que intenta explorar y hacer lo que no puede ser hecho en prosa.

Estoy interesado en la poesía que viaja en busca de conocimiento. En mis andanzas como lector y traductor de poesía, de verdad siento que esta puede llevarnos a lugares donde no pueden otros tipos de literatura o de arte, o no de la misma manera. Ese es el tipo de poesía que me interesa traducir.

Usted decía que no había disfrutado del todo leyendo la poesía de Florbela Espanca en portugués, pero que había comenzado a valorarla cuando empezó a traducirla. A mí sus poemas me parecieron cautivantes, a pesar de que el soneto romántico ya no está de moda.

A comienzos de los noventas, cuando ella estaba escribiendo, no estaba haciendo nada formalmente novedoso. Incluso en lo conceptual no era muy poderosa. Pero es gracioso cómo puede funcionar la poesía. Con ella encuentro esta intensidad del sentimiento increíble. Y es una intensidad que creó en la poesía.

Tengo curiosidad sobre la palabra achadamente que inventó Adília Lopes para ese poema “I want to fuck to fuck”, y sobre cómo la tradujiste. ¿Tuviste la oportunidad de hablar con ella acerca del significado de la palabra?

Sí, por suerte. Casi siempre es una ventaja si puedes conseguir la ayuda del poeta. Me gusta mostrarles mis traducciones a los poetas y escuchar sus reacciones antes de que se publiquen. La palabra achadamente planteaba un problema. Su poema se está enfrentando con el soneto de Florbela Espanca, con la parte donde ella dice que quiere amar perdidamente. Y en el poema de Adília encontramos la palabra achadamente, que viene de achado, que quiere decir “encontrado” (“Eu quero foder foder/ achadamente”). El adverbio achadamente no existe, o no existía hasta que Adília lo inventó. Al principio lo traduje como “to find myself fucking” (encontrarme a mí misma cogiendo o iluminarme al coger), pero ella dijo que no, que lo que tenía en mente era “gratefully” o “thankfully” (agradecidamente), lo que para mí fue un poco extraño. Nadie pensaría jamás que eso fue lo que quiso decir. No tengo idea de cómo llegó ahí (se ríe). Luego, me comprometí con ella y mantuve la noción de “encontrar” traduciendo achadamente como “to find joy in fucking” (“encontrar gozo en el coger”, por lo que la traducción al inglés comienza entonces: “I want to fuck to fuck/ to find joy in fucking”).

En su introducción describe al poeta Vitorino Nemésio como quizá el único “poeta con brío” que apareció en los últimos años de la vida de Pessoa. Sin embargo, escribe que su “exclusión de esta antología se debe a mi fracaso en producir traducciones de sus poemas que me satisfagan”. ¿Cuáles son las dificultades para traducirlo?

He traducido poemas de Nemésio en el pasado e incluso publiqué una traducción de su poema más famoso, “O Canário de Oiro” (“El canario de oro”), pero no siento que lo haya logrado capturar. No fui capaz de hacerlo funcionar en inglés.

No sé si puedo explicarlo. Vitorino Nemésio es muy erudito. Hay muchas referencias en el tejido de su poesía, pero no son referencias literarias obvias. Creo que parte del problema es sacarlo del contexto portugués, del contexto de la lengua portuguesa. Hace juegos con el lenguaje que son tan intrincados, tan sutiles, que es como si tuvieras que tomar todo el portugués y transferirlo al inglés… ¡Y eso es todo un desafío!

Me gustaría que profundizara en su interpretación del poema de Jorge de Sena “My Desired Tomb”, que describe el callejón sucio donde el poeta pide ser enterrado. Él quiere que su tumba sea un lugar para la prostitución, la violación y la muerte. ¿Cómo es que usted lee este poema como un “maravilloso himno a la vida”?

Jorge de Sena, como Fernando Pessoa, fue un intelectual voraz y escribió sobre todo lo que se pueda pensar. Fue crítico, traductor, poeta. Escribió novelas, cuentos y obras de teatro. Se interesaba por todo tipo de cosas. Jorge de Sena escribió mucho sobre Pessoa y escribió aún más sobre el gran poeta del Renacimiento Luís de Camões. Camões era un personaje Falstaffiano, un amante carnal de la vida, un poeta maravilloso, excelente. Era muy culto aunque no se sabe de dónde sacó su educación. No sabemos casi nada de las primeras etapas de su vida. Pero sí sabemos que viajó por el mundo, a India y África, y que perdió un ojo en una batalla. Amaba la literatura, pero también era un amante apasionado de las mujeres, y amaba vivir. Lo quería todo. Pessoa vivió intensamente a través de la literatura, y no tanto en el mundo mismo. Jorge de Sena era una persona más del tipo de Camões, porque vivía a través de la literatura y en el mundo. Era un intelectual como Pessoa, pero también celebraba la vida, la vida real, y eso se ve en su poesía.

Volviendo a ese poema, donde dice que le gustaría que violadores violaran a mujeres sobre su tumba, que la gente orinara y cagara allí, y así… todo es terriblemente violento y puede sentirse repugnante o grotesco, pero es vida. La vida es violenta. No se puede evitar. Llamo a ese poema un himno a la vida porque va en contra de esa mentalidad “segura” de quedarse adentro, protegido, no haciéndole daño a nadie. Tal vez no quieras hacerle mal a nadie, pero lo harás si sales al mundo. Das un paso y estás matando a quién sabe cuántos organismos microscópicos. Entonces, no es un himno a la violencia, sino el reconocimiento de que la vida incluye un lado oscuro, y de que todo es parte de la vida.

Dado que este poema es tan políticamente incorrecto, ¿saltaron las alarmas cuando fue publicado?

Esa es una buena pregunta. No sé, pero tengo la impresión de que “My Desired Tomb” fue un poema con el que la gente prefirió no lidiar. Cuando fue publicado no había tanta corrección política como hay ahora, pero de todos modos no era una verdad fácil de digerir.

Quedé impresionado cuando me encontré con este poema, particularmente porque no hallo que Pessoa sea tan chocante.

Pero el heterónimo de Pessoa, Alvaro de Campos, puede ser bastante escandaloso. Por ejemplo, en el poema “Triumphal Ode” dice que le parece sublime que haya niñas pequeñas que masturben a hombres que parecen respetables en los rincones de las escaleras. Y el narrador de “Maritime Ode” lanza una diatriba masoquista acerca de cómo quiere ser violado por piratas. Es pornografía dura.

Otro poeta en el libro, Herberto Helder, traduce poemas de distintos idiomas al portugués sin ceñirse a los originales. ¿Cómo son esos poemas?

Él se tomó libertades enormes, como cambiar la estructura de los versos o incluso sacar versos o estrofas enteras. No los llamó poemas traducidos: eran poemas “cambiados” (mudados) al portugués. Incluían poemas que tradujo, o cambió, de lenguas que él no sabía de primera mano, entre ellos lenguas asiáticas y de tribus indias americanas , y también de lenguas que sí sabía, como el francés y el inglés.

Creo que no te puedes acercar más a un texto de lo que lo haces al traducirlo. Su acto de “cambio” fue su manera de hacer una lectura profunda de esos poemas, al mismo tiempo que fue un homenaje, una muestra de su amor por ellos. También, fueron experimentos creativos. Son interesantes. Hay una tradición en la que se escribe poemas “al modo de” fulano o mengano, pero los poemas “cambiados” de Helder de alguna manera son un punto medio entre traducciones y sus propias variaciones sobre algo que hizo alguien más.

Creo que en la traducción todo vale, siempre que sea bueno. Pero la transparencia es importante. Así que podría estar bien si el traductor quiere cambiar la forma de manera radical, o incluso cambiar el escenario o la época (en la que transcurre un texto), siempre y cuando sea frontal y le diga al lector lo que está haciendo.

Usted ya habías traducido con anterioridad algunos de los poemas de 28 Portuguese Poets, entonces ¿este ha sido un proyecto que ha llevado cuánto, décadas?

Creo que sí. He traducido mucha poesía portuguesa que ha sido publicada en diferentes lugares –revistas, antologías, online– y accedí a tomar este proyecto con el entendido de que iba a usar bastantes traducciones que ya había hecho, pero revisé con cuidado cada una de ellas, y algunas tuvieron correcciones mayores. Hice muchas traducciones nuevas y Alexis Levitin también aportó con un número de buenas traducciones.

¿Cuándo trabajaste en Multitudinous Heart de Carlos Drummond de Andrade?

Empecé probablemente hace tres años y medio o cuatro años atrás. Estaba casi listo hace unos dos años, pero la producción tomó un tiempo largo.

Su poesía me sorprendió. Es un autor intenso, atrapante, asombrado de la vida, estremecedor. Siento que contengo la respiración cuando lo leo. ¿Usted se obsesionó su poesía mientras lo traducía?

Oh, completamente. Traducir a Drummond fue una de las experiencias, literarias o fuera de la literatura, más enriquecedoras que he tenido. Tiene esta habilidad fabulosa de hacer lo diario y lo mundano absolutamente sublime. Volviendo al tema de la abundancia de vida en “My Desired Tomb” de Jorge de Sena, Drummond también está estallando de vida, pero lo hace entre paréntesis, es decir, no llama la atención con maneras ostentosas. Su energía está debajo de la piel de los poemas: todo está latiendo. Eso se siente, es muy cautivante. El acto de traducir se vuelve una experiencia apasionante. Fue un placer traducirlo.

Drummond es engañoso porque a menudo tiene un estilo muy simple, pero la simpleza muchas veces puede ser lo más difícil de reproducir. La traducción es un asunto espinoso. Puedes pasarte una hora en una palabra trivial, una palabra o una frase conectora, algo sin un significado especial, algo que el lector ni siquiera va a notar, pero que sin embargo es completamente vital para el ritmo y la fluidez del poema.

Drummond es uno de esos poetas que comenzó totalmente maduro, desde el principio. Esto también vale para Herberto Helder y Sophia de Mello Breyner.

Podría llamar también al poema “The Last Days” de Drummond, un himno a la vida. Es diferente pero similar al poema de Jorge de Sena que discutimos. El narrador de Drummond se da cuenta de que va a morir pronto, pero no de inmediato. Quiere tomar de la vida todo lo que puede, para así enfrentar a la muerte directamente y con plena conciencia.

Multitudinous Heart es una selección de ochenta poemas provenientes de quince libros. Drummond produjo mucho. Tengo curiosidad sobre los “ejercicios lúdicos” que usted mencionas en la introducción pero que fueron dejados fuera de la antología. ¿Estos poemas experimentales no fueron tan logrados como sus poemas más simples y líricos?

Pienso que no. Algunos son interesantes, pero de poco atractivo para mí como traductor. El problema es que hacen mucho juego de palabras. Están atados a particularidades de la lengua portuguesa. Puedes hacer un truco parecido en inglés, pero entonces se convierte en el truco del traductor, y ya no es exactamente una traducción.

Hay algunos poemas que realmente pienso que son intraducibles. Tal vez en esos casos tiene más sentido hacer como Herberto Helder e intentar algo más creativo que no esté tan apegado a los que hizo el poeta original. O escribir tu poema “al modo de” fulano.

Como decía antes, hay quince libros de poesía de Drummond. ¿Valdría la pena traducirlos todos?

Bueno, tal vez no todos. Como digo en mi introducción, los primeros diez o doce títulos son muy contundentes, pero sus últimos libros fueron más irregulares. Estaba envejeciendo y era difícil para él seguir en su mejor nivel. Es decir, se las arregló para seguir, pero no de un modo tan consistente como antes. Un libro como su A Rosa do Povo (Rosa del Pueblo) es absolutamente sorprendente, y todos sus poemas valen la pena traducirse. Hay varios en la selección de Multitudinous Heart.

Además de poesía usted también ha traducido obras en prosa, incluyendo dos novelas de José Luís Peixoto. ¿De dónde surgió el título americano de Implacable Order of Things? Porque la edición británica se llamó Blank Gaze.

“Blank Gaze” se acerca más al título en portugués, Nenhum Olhar. La traducción literal al inglés sería “no gaze” (ningún mirar), lo que no funciona realmente, por lo que se me ocurrió “blank gaze”. Se publicó primero en Inglaterra, y creo que el editor estadounidense pensó que no era un título lo suficientemente sexy. “Implacable Order of Things” es una frase que aparece en la novela, así que se agarraron de ahí. La verdad, yo no estaba fascinado con la elección. Parece ser una síntesis de lo que propone la novela y me temo que pueda limitar o precondicionar la lectura.

¿Cree que Estados Unidos podrá llegar a apreciar más la literatura en traducción? En Portugal he visto muchos libros traducidos al inglés, muchos que aún son nuevos en el circuito angloparlante. ¿Cuándo, si es que sucede, cree que Estados Unidos alcanzará un mejor nivel al respecto?

Probablemente nunca. Esa es la respuesta corta. Es cierto que el inglés, porque tiene tantos hablantes, tiene una variedad asombrosa de estilos y registros. Entonces es parcialmente entendible que haya una resistencia a las traducciones, que llevan tiempo y cuestan dinero. Creo que es legítimo preguntar, cuando se traduce de un idioma a otro: ¿Por qué esta poesía o esta novela en particular es interesante para la lengua de llegada? ¿Va a aportar algo nuevo? Por ejemplo, si en portugués hay una novela de detectives aceptable parecida a muchas novelas de detectives aceptables escritas en inglés, ¿tiene algún sentido traducirla? Si es una novela de detectives excepcional, claro que vale la pena traducirla.

La industria editorial busca proyectos que prometan grandes ganancias y un riesgo limitado. Hoy tienes a autores escribiendo en inglés cuyas novelas se traducen tan rápido que son publicadas al mismo tiempo en varias lenguas. Comercialmente, es más fácil hacerlo así y también más rentable. Hacer la misma operación con una maravillosa novela húngara sería más costoso y más arriesgado. ¿Cuántos editores en Nueva York leen húngaro? ¿Quién sería capaz de juzgar la novela y darse cuenta de lo magnífica que es? ¿Y cómo lograr que se traduzca rápido y bien en otros idiomas? Por eso, la literatura en inglés sigue predominando. Es extremadamente injusto.

El resultado de todo esto es que en Estados Unidos hay docenas de pequeñas editoriales que hacen mayormente traducciones, se convierten en un pequeño mercado y crean una pequeña subcultura. Mientras en el mainstream, todos están leyendo la misma ficción popular escrita en inglés y no saben qué pasa en el resto del mundo.

Aparte de todo el aspecto comercial hay otro problema que se remonta siglos atrás: una actitud insular. El Reino Unido nunca se interesó mucho por la cultura de la Europa continental. El Canal de la Mancha bien podría ser un océano. De una manera similar, Estados Unidos tiende a no interesarse en ninguna cultura más allá que la propia. En parte, sin duda, porque es un país inmenso. Mientras que en Europa, con todos esos países pequeños codeándose, se dan todo tipo de intercambios, y mucha gente crece hablando más de un idioma. Se construye una actitud distinta, una que acepta las diferencias y que siente curiosidad por lo que no se parece.

Finalmente, ¿está trabajando en algún proyecto nuevo?

En traducción no, por el momento no. Eso sí, hay algunas cosas a las que me gustaría volver, como a la poesía trovadoresca, revisando y expandiendo 13 Galician Portuguese Troubadour Poems, que está fuera de circulación. Y hay otros poetas, portugueses y brasileños, que me gustaría revisitar. No he traducido prosa en los últimos años y no espero hacerlo otra vez. Lo que realmente amo es la poesía.